¿Y ahora qué viene?
Después de la tempestad de las elecciones presidenciales, con las aguas más reposadas, es bueno mirar hacia adelante y pensar en el país que tendremos, gracias a la decisión de la mayoría de colombianos. Durante mucho tiempo se seguirá hablando de paz, sin entrar de lleno en el significado de ese concepto. De hecho, –por los resultados del 14 de junio- los colombianos apostaron por un modelo en el que se desconoce la letra menuda de lo que se está negociando en La Habana. Así mismo, una mayoría está dispuesta a tragarse el sapo de la impunidad, que ya es ley de la República gracias al Marco Jurídico para la Paz; con la esperanza de que tal actitud acabe con la violencia guerrillera. Es más: resulta evidente que la mayoría de colombianos se siente cómoda con la posibilidad de que los ahora terroristas puedan dirigir los destinos de la nación, otorgándoles el poder de transformar el modelo económico, político y social; conforme a los dogmas comunistas que siempre han exhibid